…todas las mañanas sale a pedir limosna. No hace mucho recorrido: sólo seis u ocho casas del barrio. Golpea a la puerta y, cuando salen a atenderle, dice: «Señora, tengo hambre y mis hermanitos necesitan leche.» ¿Quién hace esto? Jesús Fernández, pequeño habitante de una de las ciudades de Chile. ¿Su edad? Ocho años.
Su madre, Brígida Fernández, se va de la casa dejándolo a él y a dos hermanitos abandonados durante varios días. Los deja sin dinero, sin comida, sin madre. Brígida es adicta al «crack», esa forma barata y violenta de la cocaína, y su adicción es más fuerte que su amor y responsabilidad de madre.
Hay muchos casos ya, en todas las ciudades de Chile, de niños abandonados por sus padres. El caso de Brígida y sus hijos es típico. Ella nació en Osorno y emigró a Antofagasta. Alguien la inició en el uso de las drogas. ¿Hijos? Tiene tres. ¿El padre? Anda por ahí, engendrando a otros.
La quiebra del hogar es una tragedia que socava los cimientos de toda sociedad. De hogares deshechos con padres irresponsables nacen niños resentidos, amargados y frustrados, que pronto ingresan en la delincuencia. Vienen al caso las palabras de Guillermo Valencia, poeta colombiano:
¿Quién me dirá si un huevo es de torcaz o víbora?
¡Nadie puede saber lo que con el tiempo asoma!
El hombre, como el huevo, en nidos de dolor será serpiente,
en nidos de amor será paloma.
Y de estos «nidos de dolor» , hoy 17 de septiembre de 2007,hay millares en todas las ciudades y poblaciones de Chile . No es de extrañarse que cada vez haya más jóvenes delincuentes y niñas que se entregan a la prostitución. De nidos de dolor, de madrigueras violentas, de hogares irresponsables, no nacen más que serpientes.
Pero éstos no son los hogares en que DIOS pensó cuando puso a la primera pareja humana en el Jardín del Edén. ÉL pensó en una familia y sociedad amorosa, sana, buena, responsable, justa, pacífica. Y no puede haber paz, justicia y amor en Chile si existe una pésima y satánica distribución de la riqueza, unos pocos tienen demasiado y unos muchos, nada o casi nada…Y lo que es más triste, cada vez que hay iniciativas de verdadero cambio a favor de los más necesitados esos mismos “palitroques” que desfilan en la parada militar no dudan en convertirse en asesinos para defender los intereses de los que se consideran los dueños de este hermoso país…
Pero Jesucristo puede cambiar esta condición negativa y os invita a participar y presenciar LA GRAN PARADA DEL EJÉRCITO CELESTIAL . Él puede cambiar nuestra jaula en jardín. Él puede y quiere darnos un nuevo corazón.
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