...EL GRAN DICTADOR...DISCURSO...CHARLES CHAPLIN...

lunes, 25 de febrero de 2008

...TERRORISMO ESPIRITUAL...


La bomba estaba allí a la vista, un negro cilindro de plástico: fatídica, silenciosa, ominosa. Quieta como una serpiente, sólo esperaba el momento de morder. Era una poderosa bomba que habían dejado en ese edificio unos narcotraficantes.
Les tocó a tres policías, veteranos en el oficio, realizar la peligrosa tarea de desactivarla. Los tres oficiales comenzaron con sumo cuidado, pero algo falló. La bomba estalló. En la fracción de un segundo los tres policías quedaron destrozados.
La crónica policial no dio los nombres de los agentes, pero alguien publicó fotografías. Éstas mostraban a los hombres unos momentos antes de la explosión y un momento después. En la segunda toma se veían los restos sanguinolentos de tres hombres jóvenes, servidores públicos, casados y con hijos, que murieron cumpliendo con su deber. Y todo fue el resultado de una bomba.
Ante esto no podemos menos que preguntarnos: ¿Qué tipo de persona, qué clase de hombre, qué inclinación, qué carácter, qué personalidad, podría darse a una actividad tan infame como la de fabricar instrumentos de muerte?
¿Cómo puede un hombre tramar cualquier clase de destrucción contra un semejante? ¿Dónde está la conciencia? ¿Dónde está el corazón? ¿Y dónde está el presentimiento de consecuencias? ¿Será que hoy en día se hace caso omiso de ellas?
Estas mismas preguntas podrían aplicarse a la persona que ofende. Decirle a alguien, especialmente a nuestro cónyuge o a un hijo nuestro: "estúpido" o "idiota" o "imbécil" o "tonto", es peor que poner una bomba debajo de sus pies…Obviamente también el aborto es un atentado contra la vida…es un acto terrorista contra la esencia de la condición humana…porque se destruye la màs ancestral inocencia…
Herir los sentimientos, especialmente entre familia, es destruir lo más precioso que tenemos. Insultar a la esposa de nuestra juventud, o peor todavía, golpearla físicamente, es lo más repugnante que pudiéramos hacer como maridos. Esa es la bomba que destruye matrimonio, hogar, esposo, esposa, hijos y todo.
Es posible que allá adentro, en lo más profundo de nuestro ser, lamentemos haber puesto alguna bomba simbólica, pero que igual destruye, en el seno de nuestro hogar. Sólo puede desactivarla el que la pone. Y la palabra clave para esa desactivación es: «¡Perdóname!» Pedir de la esposa perdón, pedir de los hijos perdón, es desactivar la bomba que de seguro estallará si no se neutraliza.
Comencemos esa desactivación pidiéndole perdón a Dios por nuestras ofensas. Luego pidámosle perdón a nuestra familia. Neutralicemos esa bomba antes de que estalle. No destruyamos lo que más valor tiene en nuestra vida: el cónyuge, los hijos, la paz y la fe.

jueves, 14 de febrero de 2008

...EN EL DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD AUTÉNTICA...


Muchos días y muchas noches pasó cavilando Víctor Cancino. Ensayó mentalmente centenares de fórmulas y medios, hasta que por fin creyó hallar la solución: una solución, para él, infalible.
Víctor era argentino y vivía en Chile. Estaba locamente enamorado de su novia. Pero la muchacha le había dicho que quería terminar con el noviazgo. ¿Cómo retenerla a su lado para toda la vida?
Víctor compró un supercemento capaz de pegar cualquier material. Tan pronto como se untó la mano con ese cemento, tomó fuertemente la mano de su novia. Quedaron pegados, eso sí, pero la chica gritó hasta que llegó la policía. Fue necesaria la intervención de un médico para despegarlos. “Cuando quiera retener a su novia —le dijeron a Víctor—, reténgala con amor, no con cemento…”
El amor es la fuerza de unión más grande que se conoce. Funde a dos almas en una sola, de manera que ya no son dos, sino una: un alma, un cuerpo y un espíritu. El amor puede juntar, en vínculo indisoluble, a personas de las más diversas razas, culturas y categorías sociales.
El amor forma vínculos que jamás se rompen y que se hacen más fuertes y sólidos con los años. Une, con cemento divino, almas, mentes y destinos. Pero los vínculos y lazos del amor no son físicos. No están hechos de cemento ni de hierro. Cualquier pareja que quiera sentir ese amor debe pedírselo a Jesucristo. Porque mucho del amor presente no es más que pasión barata…

miércoles, 13 de febrero de 2008

...RISATERAPIA Y DAVID GARRICK...


¿QUIÉN ERA DAVID GARRICK?

En el siglo XVIII, con la primera revolución industrial, aparecieron las fábricas, los horarios laborales imposibles, el consumismo y, entre otros importantes avances de la humanidad, “las depresiones”. Los médicos de la época, ajenos a la futura invención del psicoanálisis y los antidepresivos, tuvieron que recurrir a un remedio natural e infalible para paliar tanta infelicidad: LA RISA. DAVID GARRICK(1717-1779), fue un reconocido actor inglés del siglo XVIII. Estaba tan extraordinariamente dotado para la comedia, que los médicos recomendaban sus actuaciones como una especie de remedio mágico, capaz de sanar cualquier pena del alma. Podríamos decir que GARRICK, sin saberlo, fue el PRIMER RISATERAPEUTA de la historia. Hoy, en pleno siglo XXI, cuando se conoce científicamente que los niños ríen unas trescientas veces al día y los adultos tan sólo unas quince, nos proclamamos sus humildes seguidores y le rendimos este homenaje en forma de espectáculo que sólo busca que todo espectador olvide sus problemas, rompa sus máscaras y se lance a reír con esos cuatrocientos músculos que dicen que tienen que
moverse para reírse…Inspirado en la vida y obra de DAVID GARRICK, EL ESCRITOR MEXICANO Juan de Dios Peza(1852-1910), escribió el siguiente poema que a continuación les presentamos para que se deleiten y sensibilicen con las grandes contradicciones humanas representadas en el ARTE LITERARIO…
REÍR LLORANDO
Viendo a Garrik actor de la Inglaterra
el pueblo al aplaudirlo le decía:
Eres el más gracioso de la tierra,
y el más feliz...
Y el cómico reía.

Víctimas del spleen, los altos lores
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores,
y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
sufro le dijo, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.

Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte;
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única ilusión la de la muerte.

Viajad y os distraeréis.
¡Tanto he viajado!
Las lecturas buscad.
¡Tanto he leído!
Que os ame una mujer.
¡Si soy amado!
-Un título adquirid.
-¡Noble he nacido!
-¿Pobre seréis quizá?
-Tengo riquezas.
¿De lisonjas gustáis?
¡Tantas escucho!...
¿Qué tenéis de familia?
Mis tristezas...
¿Vais a los cementerios?
Mucho... mucho...

De vuestra vida actual ¿tenéis testigos?
Sí, mas no dejo que me impongan yugos:
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos, mis verdugos.

Me deja, agrega el médico, perplejo
vuestro mal, y no debe acobardaros;
tomad hoy por receta este consejo
"Sólo viendo a Garrik podréis curaros".

¿A Garrik?
Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquel que lo ve muere de risa.
Tiene una gracia artística asombrosa.
¿Y a mí me hará reír?
¡Ah! sí, os lo juro,
él sí; nadie más que él; mas... ¿qué os inquieta?
Así -dijo el enfermo-, no me curo:
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.

¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!

¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
Porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuando el rostro ríe!

Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto,
y también a llorar con carcajadas.