…¡ODIO! Esta sociedad individualista.
¡ODIO! Su mezquindad.
¡ODIO! Que la gente sólo piense en cómo llegar más arriba a costa de los demás.
¡ODIO! Que los que están más arriba hundan a los que están más abajo.
¡ODIO! Que luchemos unos contra otros.
¡ODIO! Que usemos la palabra paz como simple propaganda comercial.
¡ODIO! Que olvidemos las catástrofes a los tres meses.
¡ODIO! Que no nos sepamos comportar.
¡ODIO! Que no actuemos como Sociedad!, esa palabra, que no sabemos usar...
¡ODIO! Que unos recursos, bien administrados, no nos puedan a todos alimentar.
¡ODIO! Que la especie humana no funcione como un ente superior donde el bien individual no esté por encima del global.
¡ODIO! Que todavía se permita que existan tiranos que cometen crímenes contra la Humanidad... Nuestra Humanidad... Cada uno de nosotros que formamos un todo... Pero el individualismo que nos inculcan desde la cuna, emborrona la visión de esa red que nos une...
¡ODIO! El poder que puede destrozar miles de años de historia de la humanidad en cuestión de minutos, porque una mañana un ser humano se levante iluminado por las palabras de su dios de piedra...
¡ODIO! La egolatría, el egocentrismo, el mesianismo…el totalitarismo político…
¡ODIO! Lo que el libro abierto de la vida ha dejado al descubierto y ahora da alas a los que juegan a ser dioses sin piedad...
¡ODIO! Mi odio... Y ODIO que me hayáis enseñado a odiar...”
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